Todos los organismos tienen piel,
que encierra su cuerpo o soma. La piel recubre las vísceras y el músculo. Este
va ser el órgano sensitivo somático más grande. La piel se divide en tres
capas: epidermis, dermis e hipodermis. Los sentidos somáticos recogen
información de todo el cuerpo. El soma necesita del aparato vestibular.
Generalmente no se encuentran agrupados
a diferencia de los especiales. El aparato vestibular esta agrupado en
la fosa temporal. Los receptores somáticos secundarios conllevan a que se
produzca el equilibrio. Los sentidos somáticos tienen como principal función
mantenernos firmes y erguidos. Están ampliamente extendidos y distribuidos
uniformemente.
Los sensores somáticos se dividen
en:
Mecanorreceptores:
desplazamiento mecánico de algún tejido. Los podemos dividir en cutáneos y
profundos que son los propioceptores I, aparato vestibular y propioceptores II.
Son activados por un mecanorreceptor.
Nociceptores:
capta la sensación de dolor cuando se lesiona un tejido.
Termoceptores:
tienen la capacidad de captar la sensación de frío y calor.
Los receptores somáticos son
todos primarios excepto el propioceptor II. Según las sensaciones los podemos
dividir en interorreceptores y exterorreceptores. Los exterorreceptores están
en la piel y los interorreceptores están en las vísceras y músculos. El aparato
vestibular es el primer receptor secundario que conocemos. En los receptores
primarios podíamos encontrar que solo se formaban por neuronas y en los
secundarios por una célula semineural y una neural.
Los mecanorreceptores táctiles
son los que reciben información por el tacto, presión y vibración. Se dividen
en seis tipos:
Terminaciones nerviosas libres: es
la terminación de un axon. Se localiza en todas las partes de la piel, excepto
en las corneas. Se localiza en la dermis. Capta estímulos de tacto ligero,
presión picor, dolor, térmicos y cosquillas. En la dermis encontramos la mayor
potencia.
Corpúsculos de Paccini: son los
mecanorreceptores más grandes. Son terminaciones nerviosas ramificadas en forma
de círculos. Se localizan en la epidermis. Los podemos encontrar en los
tendones, capsulas corticales que son las que actúan como lubricante de las
articulaciones, perinisio, periostio y mesentel. Capta la sensibilidad cutánea.
Detectan el movimiento rápido. Tienen una adaptación muy rápida.
Discos de Merkel: tiene un
extremo enganchado con forma de botón localizado en la piel. Se agrupan
formando los receptores de Iggo. Captan señales duraderas del tacto y cutáneas.
Tienen una adaptación muy lenta.
Órgano terminal de Ruffinin: son
terminaciones ramificadas. Están en la dermis de la piel, tejidos subcutáneo,
estructuras profundas y en las capsulas corticales. Captan continuas
deformaciones. Son de adaptación lenta.
Capsulas de Meissner: esta
encapsulada las terminaciones que se enrollan. Se encuentran en la piel y en
porciones lampinidas como es el caso de los labios, además de lugares donde
esta muy desarrollado el tacto.
Son
receptores de tacto muy sensibles.
Órgano piloso terminal: se encuentran
en el folículo piloso. Son estimulados por el desgastamiento piloso. Detecta el
movimiento de objetos sobre la superficie corporal.
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