El proceso comienza cuando llega
la sustancia que estimula las microvellosidades de la primera célula receptora.
Estas se unen a proteínas receptoras, cada célula tiene unas proteínas específicas.
Esta activa al segundo mensajero AMPc, GMPc e inositol 3P. Se abren los canales
de sodio y potasio, lo que produce una despolarización. La despolarización va
ser igual al logaritmo de la concentración del estimulante. Generamos un
potencial receptor. El receptor produce un potencial generador en la célula nerviosa
y un potencial receptor en la célula semineural. La partícula estimuladora es arrascada
por la saliva y comenzamos de nuevo el ciclo.
El
glutamato es liberado por la célula semineural como segundo mensajero, aunque
también puede ser la sustancia estimulante. Pasa a través de los poros
craneales en el que hay dos vías, una es para el dulce y lo salado y otra para
lo amargo y acido. Una vez captada la
información por los botones gustativos pasan a los aferentes. Los aferentes son
el nervio vago que se localiza en la faringe y el nervio glosofaríngeo que
tiene aferencia desde los botones de las papilas gustativas caliciformes. Esos
nervios transmiten su información a hacia el bulbo, específicamente al complejo
nuclear solitario, ubicado en el piso del cuarto ventrículo y encargado de la
integración automática, pero con una zona especial para el gusto llamado núcleo
gustativo. El núcleo gustativo pasa al tálamo, zona ventro-postero-medial, por
el mismo lado, específicamente a la porción parvocelular. De la porción
parvocelular pasa a la corteza sensitiva. Al ascender desde el bulbo al tálamo
da un ramo al núcleo parabraquial contralateralmente conectándose así con el
sistema límbico e hipotálamo dando así el componente afectivo del gusto.
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